Sentado en esta fría orilla donde los pájaros trinan las
palabras del murmullo riachuelo dos lágrimas se escapan con las
preguntas al tiempo. Quizás sea poca cosa para ella se pregunta el
pastor mientras el susurro del tiempo calmado le contesta nunca la
tierra es poca cuando la semilla en ella arraiga pues por más grande sea
la tierra nunca es más grande la cosecha. Querido sea el tiempo que he
despertado el vilo porque quizás no la merezca o haya pasado mi tiempo.
Tu tiempo se ha detenido en tu mirada cansada mas en tus ojos puede
verse cada verso cantado. No es una princesa tan solo un hada a la que
tanto nombras en esta alejada orilla. Pues quizás sean los versos que
andan aquí mi amada y que pliegan esta bandera que tanto tiempo me ha
llevado. No habrá versos que dediques a tu amada que seguro no hayan
salido de tu alma que seguro ya no calman. No sera que no entienda esa
tu amada la que las palabras mas hermosas son las que se callan.
Pues dime pues amigo tiempo cuán fue mi error porque mis
lágrimas son las que hoy empañan la mirada que una tarde lleno su
sonrisa. Porque la soledad es mi fiel compañía cuando su nombre suena
tanto como latidos de mi alma. Cuentame pues cuantos son los días de
esta estúpida condena pues por mas que la pienso mas me alejo de ella
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