Comencé a escribirte desde aquel día en el que me di cuenta que pensar en ti me sacaba una sonrisa que no podía borrar, cuando mis lagrimas brotaban de mis ojos por la simple razón que tu estabas triste, cuando fuiste la razón mas poderosa por la que luchar. Comencé a creer en lo imposible, cuando al despertar una mañana, tu imagen estaba en mi cabeza, cuando me di cuenta que eras indispensable para mi, cuando al acercarme a ti mi corazón late mas fuerte. Cada pensamiento era un nuevo motivo por el que quererte, por el que amarte locamente sin razón alguna, por la que mirarte a los ojos y estremecerse. Haces que mire al cielo y pregunte que si eres un ángel, porque no había conocido a nadie tan maravillosa como tu, alguien por quien luchar a diario, por la que caminar senderos por los que nunca había estado, por la que saltar cada bache. Así te convertiste en mi forma de pensar, de querer e incluso de respirar. Te amo siempre y jamas te olvidare.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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