Escribo con lamentos aquello que no ha podido ser, una mirada al pasado, unas lagrimas que se hacen pedazos mientras en cada una de mis lagrimas encuentro cien motivos por los que seguir tus pasos. Dejo que sea mi vida la que esconda cada te quiero, dejo que sea mi vida la que decida cual camino he de coger, pero solo el sendero que han dejado tus pasos recorreré aunque en ellos encuentre mi muerte. Se que no soy caballero para tanta princesa, que no soy mas que un juego de palabras que se esconden en la carta menos romántica de la mesa, se que no soy mas que un estúpido soñador que se escribe en mil sueño dejando que las sonrisas de un niño salgan por el mismo lugar que lo hacen los pensamientos de esta vida que vivo. Me encuentro escondido entre pensamientos, entre locura de amor, entre vidas que se miran al espejo para decirse lo bueno que es.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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