¿Quien fuera silencio para callar mi alma echa pedazos, quien fuera sol para iluminar los bellos campos de mi poca inspiacion, quien fuera aire para llevar de nuevo las palabras hacia tus oído? Hoy no soy mas que el dulce recuerdo de una canción de cuna, el bello momento en que callo mis palabras para escuchar las tuyas, el poeta que duerme bajo la sombra de un árbol esperando que la dulce luna caiga en sus hojas en forma de versos. No soy poeta, ni siquiera caballero solo un dulce soñador que una mañana conoció a la amapola que hoy conquista su trigal, roja como el infierno pero bella como el cielo. So se si es ángel por lo hermoso de sus ojos o diablo por lo que manda en su dulzura, pero cada silencio que escucha mi alma es un gozo inesperado de la princesa de un reino que castiga con indiferencia a este dragón que duerme en mis adentros.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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