Por mis palabras sabrás que con mi sangre escribí tu nombre en mi alma, me castigo cerrando los ojos para imaginarme un mundo en el que no te conociera. Cosa imposible pues en mil vidas que yo naciera siempre habría en mi alma ese nombre que hace posible que siga mi vida adelante. Fuiste mi alegría y también el río de mis lágrimas pues no hay noche sin amanecer. Escribo en el aire con suspiros lo que la música que escuche de tus labios hace mirar en mis adentros aquellas palabras que jamás pude decir a tus ojos las veces que he de mirar fuera de mi.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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