Fuego de mi alma incandescente, silencios en cada te quiero sueños que se desvanecen en la madrugada y lagrimas que empañan los recuerdos de un hombre que llora en el consuelo de su soledad a un amor perdido que no se atreve a nombrar. Jamas fui caballero, y mucho menos valiente pues en el camino deje los mas dulces versos que pude cantar a una dama que gobierne en mi corazon. Siempre mire al frente siguiendo timidamente tus pasos sin poder decirte que se detenga a ese rayo de esperanza que ahora se desvanece. He perdido como niño lo que no supe ganar como hombre, ahora lloro esas penas intentando que se borren esos momentos que me regalo la primavera, pues mi invierno ha llegado y mi alma se congela, mientras los versos salen de esta boca para que no los escuche mi princesa. Engañe a mis sentidos, deje que se fueran mis sueños, pues en mi alma solo hay un nombre que jamas ha salido de ella.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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