Me he dado cuenta la vida es muy corta, quizás este sea el ultimo suspiro que tenga antes de cerrar mis ojos por ultima vez, quizás esta sea la ultima posibilidad de decir aquello que jamas me atreví a decir. Podía ser un día cualquiera, como hoy, como ayer o como ese 19 de octubre, podía ser cualquier lugar, pero el destino eligió aquel pequeño banco en la sala de espera. Se que era difícil de entender, que tuvieron que pasar muchas segundos para darme cuenta de que aquel se quedaría en mi memoria para siempre. Ese segundo que amanece en mis dias y duerme a mi memoria en el sueño mas profundo. Se que solo dos personas saben de que hablo, una soy yo y la otra eres tu.
Me he despertado con ese mismo momento en la memoria desde que estas en mis recuerdos,jamas he podido olvidar los ojos marrones que me miraban, el pelo azabache que adornaba esa cara redonda que siempre iluminaba una sonrisa. Pero sabes es difícil que un gañan tan bruto como yo entienda el porque de la amapola en el trigal, eso eres para mi, esa amapola que adorna el trigal y que marca la gota de color en lo pajizo del trigo. Eres lo que marca la diferencia entre lo soñado y lo vivido, lo dulce de la vida y lo amargo del sufrimiento.
Ahora me despido, ya quizás no me queden palabras para rellenar los huecos que han dejado mis lagrimas en el papel, quizás el silencio sea quien seque mi alma y la incinere en el olvido de los pensamientos eternos de este amor no cuajado.
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