Desde hace tiempo se que miro a las estrellas buscando un brillo como el que encontré en tus ojos, pero ninguna de las noches he sido capaz de encontrar algo que me hipnotice como lo hicieron ellos. Mis palabras siguen el silencio de un corazón cobarde que aun mira con temor a esa princesa de cuento de hadas que apareció una tarde para robarme la poca cordura que había en mi. Los latidos se llenaron de pequeños versos que a ritmo de vals bailaban en mi mente diciendo que en cientos de años encontraría a alguien como tu. Se que es difícil, por no decir imposible que me sorprenda, que me lleve las manos a la cabeza diciendo que sin ti la vida no tiene sentido, pero es cierto, porque tu te convertiste en alguien imposible de sustituir.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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