La verdad es que como siempre no se por donde empezar, son muchas las palabras que se quedaron en el tintero y que no pude decirte, muchos los te quiero que hoy golpean este pecho y no tengo a quien decir. Fuiste como un rayo de esperanza en una vida sin sentido, una luz en esta oscuridad, una musa para un poeta que no tiene versos que escribir.
Apareciste aquella tarde en la que el sol resplandecía, o no se si eran tus ojos que al mirarte daban ese brillo. Tan solo hizo falta escuchar una vez tu nombre para que se quedara grabado en mi mente y se repita una y otra vez como una canción de amor. Tu voz, como dulce canto del ruiseñor enamoraba mis oídos que ya no podían vivir sin ese eco, sin esa dulce ilusión que encontraban en esa voz de ángel.
Así enamorado me hayas, porque aunque pase el tiempo no puedo olvidar que mi vida no encuentre el sentido si tu no estas. Eres la letra de esta canción que tarareo cada día, esa que al amanecer comienza su sonido y que no descansa hasta el anochecer. Estaré loco quizás, pero hay algo de amor en esta locura que jamas me ha abandonado.
Feliz Navidad
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