Los amaneceres ya no son amaneceres, porque ya no hay sol que entre por mis ojos, todo es ocaso para mi. De espaladas a este rió de lagrimas deshojo esta margarita esperando una simple explicación del porque te has ido, en que he fallado o cual ha sido el error que cometí. Ya no hay poeta que escriba versos, la musa se marcho, el silencios acompaña mis días. Las horas siguen pasando, lo se porque mi reloj sigue marcando, mientras yo sigo estancado en aquel banco donde nos despedimos la ultima vez, donde nos dijimos hasta pronto y que hoy se convirtió en un hasta nunca.
La soledad es mi compañera, camina por esta senda marcada de tragos amargos y recuerdos que ya no tengo, herido de muerte en este corazón loco espero con ansia ese día en el que vuelva amanecer. La esperanza ya también se marcho, las lagrimas han secado las cuencas de mis ojos que solo saben pensar en ese recuerdo que eres tú. Sentado en este banco espero al que sera mi nuevo gran amigo, el señor olvido que espero que me ayude en este larga etapa de soledad, tristeza y tragos amargos.
Comentarios
Publicar un comentario