Hoy quiero escribir, lo que nunca te dije y posiblemente lo que nunca tenga oportunidad de decirte. Niña, desde el primer momento en el que te vi, me gustaste de tal forma que ni siquiera supe reaccionar. Recuerdo que mientras esperábamos para entrar en las prácticas de eucariota estábamos hablando un amigo y yo, pero yo estaba más pendiente de lo que tú decías que de la misma conversación. En aquel momento no supe porqué, tuvieron que pasar varios días para darme cuenta de que me estaba enamorando de ti. Han pasado un largo tiempo desde aquel día, varios días en los que me he encontrado contigo, pero muchos más en los que ni siquiera te veía. Hoy no te hablo como los días que nos veíamos, hoy te hablo con el corazón en la mano.
Recuerdo cada segundo que me encontraba contigo, se grababan en mi memoria, pobre olvidar incluso cómo me llamo, pero lo que jamás pobre olvidar es cada segundo en los que hemos cruzado la mirada. A mi mente viene aquel día que estaba en prácticas de molecular y llegaste tú de tus prácticas de biotecnología con una quemadura. Me la enseñaste cogiendo mi mano, entonces mi corazón se aceleró de tal forma que incluso me dio miedo, pero lo que verdaderamente estaba pensando es el coger tu mano y jamás soltarla.
No es lo único que recuerdo, porque hubo una tarde en la que llegué a tocar el cielo y casi hubiese preferido no volver a recordar más desde aquella tarde, fue aquella en la que cada vez que tu mirada se cruzaba con la mía, mi cuerpo se estremecía y mis palabras morían en mi boca. No entiendo porqué con todos los sitios donde te podías colocar te sentaste a mi lado. Pero si tuviese que pedir un deseo sería volver a revivir aquel momento, ya que hubo un momento en el que se silenciaron las palabras, me miraste a los ojos y entonces toque el cielo. Desde aquel día no puedo olvidar tu mirada.
Dirás que sólo es un capricho de niño mal criado, puede ser, no te digo que no. Pero sinceramente lo dudo, porque me has transformado de una forma inexplicable. Cualquier persona que me conoce bien sabe que hay cosas que jamás las permitiría, pero sin embargo a ti cualquier cosa te permitiré. El día que me dijiste que recogiera aquella lata del suelo, cualquiera que me lo hubiese dicho se hubiese comido la lata, sin embargo no sé porqué recogí aquella lata del suelo y la deposité en la papelera. Tanto me has cambiado que reconozco que yo era romántico, pero no hasta el punto de escribir cada día frases de amor con sólo pensar en ti.
El problema es que no sólo recuerdo los buenos momentos, porque también recuerdo dos malos momentos. El primero fue cuando leí el mensaje que me respondiste cuando te dije lo que sentía, me encontré con tan pocas fuerzas que me costó cielo y tierra levantarme. El segundo fue en aquella fiesta en la que mi corazón se armó de valor y recibiendo un NO por respuesta se convirtió en hielo.
No quería despedirme de ti sin decirte lo que en verdad pienso de ti, ya que un día me dijiste que lo querías saber. Niña no ha habido segundo en el que no haya pensado en ti, incluso se me caen las lágrimas escribiendo esta corta carta. Eres una persona muy especial, decirte que eres guapa yo creo que sobra porque con sólo que te mires al espejo lo puedes ver. Aunque tienes una personalidad tan fuerte como una fortaleza, tienes una dulzura que abre una brecha en mi alma con sólo poderte saludar.
Por todo esto, antes de despedirme definitivamente de ti sólo quería decirte que me he enamorado varias veces, incluso de llegar a perder la cabeza, pero nunca de esta forma. Sólo quiero que encuentres a alguien que te merezca, ya que eres la chica más especial que he conocido. Que esté tan enamorado de ti como yo. Me despido con esta carta y con un regalo que no puedo hacérselo a otra persona, ya que quiero que la tengas tú, porque aunque esto sí que es un capricho, sólo quiero que la tengas tú y es lo más valioso de mi cuadra, una preciosa yegua que fue el regalo de una persona y esa yegua por pura coincidencia tiene tu mismo nombre.
También quiero pedirte perdón si en algún momento te he molestado, porque nunca ha sido mi intención, así que si es así perdóname. Sólo espero que todo te sea de color de rosa, porque te lo mereces.
Bueno me despido con dos besos y con una te quiero y jamás podré olvidarte, quien más te quiere:
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