El renacer del sol y el brillo de la luna. Princesa ha habido momentos en los que mientras mi corazón decía sigue adelante, mi alma caía rendida ante las negativas. Pero con cada derrota, una parte de mi decía sigue adelante, levántate y continúa que esto es sólo un pequeño bache y tu meta está al final de un camino. Tenía razón, cada noche soñaba contigo, cada día pensaba en cómo sería el reencuentro y cada instante contigo intentaba mantener la compostura para no terminar besándote. Todo eso terminó, aquella tarde en la que nos citamos, yo llevaba el miedo de que todo terminara, pero mi corazón loco, sólo podía decir; “mírala a los ojos, es donde el amor ciega tus miedos”. Así fue, la tarde en la que se unen nuestras almas, la tarde en la que mi corazón enloquece con sólo oírte decir, te quiero. He cometido mil locuras y seguiré cometiéndolas, pero porque es difícil decir a mi corazón, serénate. Varias tardes han pasado desde entonces, muchas locuras he seguido cometiendo, pero ha valido la pena. La unión de dos corazones es lo que busqué desde el primer momento en que vi tu rostro, sentí tus palabras y soñé contigo. Decir el amor que siento por mi mujer, es decir la infinidad de un sentimiento que arraigado a lo más profundo de mi ser, es capaz de acunarme en la locura de una pasión que no terminará con la eternidad. Sólo tú, mi ángel de amor, puedes verme llorar, puedes verme reír e incluso sentir el latir de mi corazón. Sólo tú puedes darme una sonrisa cada amanecer, un sueño al anochecer y una caricia al atardecer. Pero lo más importante que me has dado es una ilusión, la de ver una sonrisa cada día en tu cara. Te quiero no por ser como eres, sino por cómo me haces sentir cuando estoy a tu lado. Por un amor que se queda en nuestros corazones y nos eleva al cielo, dos palabras pronuncio, TE AMO.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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