Para dedicar a una mujer especial

 Se acaba mi tiempo, pues el desprecio de tu amor no me deja mas camino que la senda que marcaron tus pasos, caminare a oscuras pensando en aquellos instantes en los que te amaba, caminare despacio mientras en mi fuerza quede silencios que romper, caminare mientras la luna sea quien acompañe a mi alma en cada uno de los recuerdos que me ata a este amor que nunca he vivido. Quizás se acaben mis palabras, puede que lo hagan mis llantos, pero jamás lo harán esos pocos  recuerdos que han quedado de esos días en que miraba a tus ojos y veía el brillo que los hacia especial. Ahora no me arrepiento, pues tengo lo que amo, tengo lo que quiero, tengo esa mirada que vive en mi cautivada.

  Cuantas veces se ha escuchado mi nombre en tus suspiros, cuantas veces se ha dicho que te quiero en mi alma atormentada, cuantas veces has mirado a mis ojos y te has dado cuenta de que mil lagrimas han caído entre ellos y que no tienen mas secretos que los que hay en tu mirada. Siento el desvelo de tus sueños mientras se escriben los versos que jamás acaban, siento como mis palabras acaban en el fondo de mi pensamiento mientras te echo de menos. Se acabaran los días y comenzaran las madrugadas en las que cada uno de tus pensamientos será quien diga lo mucho que te ama. Si este ha de ser mi fuego que me condenen por pecador, pues en mil años que yo viviera siempre estarías en mis pensamientos.

 Cuantas esperanzas he de romper para que te des cuenta de que en mis ojos mis lagrimas sangran por tu amor, cuantas veces he de pedir a esa luna que brilla en el universo sola que te cuide, cuantas veces he de mirar a la oscuridad de la noche para que me guie en la senda de lo que nunca conocí. Mis preguntas son las que me hacen eterno, las que se hacen cuando viven en mi, las que atemorizan a mi mente dándole alas a lo que nunca las ha tenido. Es tu imagen la que quema mi alma, son tus palabras las que hablan por mi, son tus ojos los que alumbraron mis noches y tus latidos los que me mantuvieron con vida.

  Se acaban los motivos por los que sonreírle a esta vida, por los que darme cuenta de que sigo pensando en ti, por esos momentos en los que miro a un espejo de cristal sin darme cuenta de que en mi vida algo debe de cambiar. Sigo esclavo de tus ojos, de tus pensamientos que hacen mella en mi, de esos quiero y no puedo y de aquellos versos que jamás escribí. Siento que mis desvelos son para nada, que este amor esta abocado al fracaso que cada paso que de será un paso en un camino que no me lleva a ningún lugar.

Son tus ojos los que desvelan a mi vida los sentidos de un amor que me envenena, son tus palabras las que hacen eco en las mieles de mi amor, son eternos los pensamientos que hacen estas lagrimas mientras se siguen expresando lo que en mis escritos se borda con mi sangre. Sigo siendo esclavo de mis locuras, de mi eternidad, de mi mente clavada en li, de mis eternidades mientras soy el que hace que la vida sea eterna, que la vida confié en mi, que la vida siga siendo especial.  

  Son mis silencios los que me hacen esclavo de mis palabras, son mis latidos los que me hacen ser quien no soy, soy la esperanza de un corazón que se apaga en cada latido mientras dejo que mis momentos mas íntimos se agolpen en las locuras de un amor que vive dentro de mi. Sigo siendo esa persona que vive en el sueño mas eterno, que nace de la locura, que mira a un momento fuera de pensamientos y silencios, fuera de cada instante.

  En la noche mas amarga es donde mis pensamientos se hacen mas claro, donde se rompen mi silencio, donde se hacen eternas esas palabras que hacen que miren al cielo mis ojos y no dejan ver mas que una estela de silencios que no se rompen y momentos que lo describen. Hoy me doy cuenta de cuantas veces he querido recordarte en mis pensamientos, de cuantos momentos se hacen eco en ti, de cuantas cartas habría escribido y nunca lo hice. Hoy me di cuenta de que sigo en el mismo pasado que no me ha llevado mas lejos que ese mismo día en el que mirando a una sombra me despedí de ti.