Para dedicar a una mujer especial

Amor, en estos meses que te he conocido he tenido la suerte de saber que eras la mujer con la que quiero despertar cada mañana, eres la mujer con la que quiero compartir mis alegrías y la que este cuando lleguen las lagrimas. Me he enamorado de ti, he sabido que eres especial, que no hay nadie mas en este universo que te pueda igualar. Me has dado muchas razones por las que amarte, muchas otras por las que no puedo estar sin ti y muchas por las que jamas quiero irme de tu lado. No puedo prometerte el cielo, pero quiero que sepas que en cada momento de mi vida estas presente, cada mañana al despertar eres mi primer pensamiento, cada noche mi sueño y entre ambas tu nombre es la poesía que riman los latidos de mi corazón. 

Silencio mis palabras con las miradas perdidas, silencio mis poemas con solos sueños rotos, silencio estos sentimientos que no quieren mas que decir a la mujer mas especial que la quieren. Nada mas pienso en ti, nada mas se que mi vida esta en tus manos, que mi felicidad esta tan solo a las expensas de una respuesta afirmativa tuya. El tiempo me ha enseñado que no puedo ser feliz si no te tengo a mi lado, si no puedo decirte cada día que te quiero, si no puedo despertar junto a la mujer que me ha dado una sonrisa y una razón por la que seguir. He estado perdido y lo único que he encontrado son las ganas de estar a tu lado, me he guiado por dos luceros, esos que dios te ha dado como ojos y que es mi guía en esta noche tan oscura. Tengo la suerte como los marineros de contar con un faro que me guía a puerto, que me guía donde el corazón me lleve, donde el amor me quiere. 

Por mucho que busco las razones no las encuentro, por muchas preguntas que me hago sigo sin respuesta y esto me vuelve loco. Tengo un millón de recuerdos que me dicen que eres especial, que la vida sin ti no tiene sentido, que lo único bueno que ha habido en mi has sido tú. Hoy el silencio es quien calla estas palabras, el latido de mi corazón es el único sonido que aparece en mi cabeza un día tras otro sabiendo que en esta vida hay una razón por la que sonreír y eres tú. No me callare, ya lo hice hace tiempo y no me fue bien, seguiré mi sueño haya donde vaya, cruzare mar y montañas si es preciso, pero quiero estar a tu lado, saber lo que es sonreír cada día, saber que a mi lado siempre vas a estar. Porque quererte es lo único que la vida me ha dado y me ha enseñado que vale mas una sonrisa tuya que todo el oro del mundo. 

¿Que puedo decirte? que en mi vida ya no sale el sol, que ya no tengo mas sueños en mi cabeza, porque el único que quise cumplir es tenerte cerca. Apenas he podido dormir, todo me recuerda a ti, cada minuto de mi vida es un recuerdo que vuelve a mi cabeza, una sonrisa empañada por las lagrimas de un tiempo mejor. Han pasado ya muchos días, tantos como recuerdos quedan en mi cabeza, sin embargo yo sigo paseando por el mismo lugar por donde me diste el primer beso, sigo siendo aquel que decir te quiero siempre que tenia oportunidad. No te olvido, no puedo olvidar lo único que me hizo feliz, lo único que me ha dado cien razones por las que reír y ninguna por la que llorar. Te quiero demasiado, por cada lagrima que hoy veas en mis ojos fue una sonrisa fruto de tu presencia, cada suspiro una palabra de amor que se suicida en mi boca y cada lamento un gracias que se quedo en mi alma esperándote.

Como dos luceros me guían esos preciosos ojos que alumbran mis noches y me persiguen de día. Ya rompieron mi silencio pues mas difícil es callar que decirte lo que siento. No soy un caballero y mucho menos poeta tan solo un joven loco que te dice te quiero. No habrá palabras que enturbien mi silencio cuando miro a tus ojos y veo mi tormento. Te quiero como nunca he querido, mas te amo de forma racional y te escribo cien poemas que jamas tu leeras. Soy esclavo de mis silencios por no decirte te quiero en esta fría noche que produce mi desvelo. Miro al firmamento para contar las estrellas y me faltan dos luceros que ya no los encuentro. Soy poeta sin su musa que dice esta rima para una dulce princesa, para una bonita hada. Callame con tus besos y no te diré que tres quiero tan solo mira mis ojos y verás lo que siento. Termino esta epopeya con el decir de un cuento que aunque pasen los días yo siempre te quiero.

Silencios que se rompen en esta mañana fría en la que el hielo me acompaña durante toda mi vida. Soy poeta de pocos versos ya que lo mio es el silencio que solo rompen tus ojos para decirme te quiero. No hay mayor alegría que estar siempre a tu vera y por eso esta agonía en mi larga espera. Soy humilde caballero que te sigue en tus sueños te canta mientras duerme y te despierta con un te quiero. No encuentro las palabras para decir lo que siento por eso cayo mientras las palabras las grito al viento. Soy el caminante que en tu camino se perdió siguiendo tus pasos y jamas te encontró. Guiame estrellita hacia esos dos luceros para decirle a mi amada que de verdad la quiero.  No hay mas palabras en esta mañana fría que me lleven a la locura y que me den envidia. No tengo dinero ni tampoco castillos de los que hacerte reina ni tampoco donde vivo. Tampoco soy marinero que te lleve por la mar diciendo este poema que acabo de terminar.

Querida amiga: Apenas puedo mantenerme sereno escribiendo estas palabras, apenas puedo mantener este papel blanco sin una lágrima. Se que estas lejos, tan lejos que hasta mi corazón se ha parado que hasta el aroma de tu cuerpo ya no es percibido. Te fuiste y me has dejado en la soledad de mis recuerdos en la mas triste melancolía echando de menos aquellos que hoy solo son recuerdos. Me callo por no decir que sin pasen mil años no podre olvidarte que ni la distancia hace el olvido, ni mi corazón late por otra. Me callo por no gritar de nuevo te amo, por no decirle al mundo que eres mi princesa y que siempre lo seras. Lágrima a lágrima se termina esta tinta, estos pequeños fragmentos que me recuerdan que no estoy cerca de ti. Murió el poeta y el caballero se fue tan solo queda un cobarde rey que ha perdido su dama. Guardo silencio, que mas me queda que guardar lo que siento y no decir lo que pienso.