Tus palabras llegan de nuevo con sabor agridulce a mi vida, por un lado miro a cada lado de mi presente y veo que en mi pasado no hay nada que se haya encontrado para hacerme feliz, en mi futuro te veo estando a mi lado, dando sentido a lo que no lo tiene y mi sonrisa se clava en mi. Apenas he conocido algunos detalles de ti, unas cuantas palabras, unas imágenes y ya me di cuenta de que quería compartir mi vida a tu lado, pero al demonio le gusta jugar a un juego que es ponerle precio a un corazón, el precio muchas veces es simbolico, unas cuantas monedas, pero cristo fue entregado a los romanos por doce monedas de plata y tu quieres mi cabeza por unos cuantos reales, ¿de verdad me valoras tan poco como para ponerle precio a nuestro futuro? Puede que no te merezca o simplemente mis palabras no quepan en nuestra mente, pero la vida nos ha sonreído a ambos, la vida nos dio una oportunidad cuando se acababa.
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