Se que mis palabras son escuetas y que en ellas no respondo a todas tus preguntas, pero es porque cuando comienzo a leerte mis palabras se amontonan y salen a borbotones diciendo siempre lo que primero siente mi corazón. Cada carta que me escribes es un motivo de alegría, una nueva locura
que se cumple, un sueño que se hace realidad. Me gusta saber de ti, saber que aunque estés muy lejos me valoras, me echas de menos y que quieres seguir conociéndome, esto me hace ser feliz, porque es lo mismo que yo siento. Cada mañana al despertar me pregunto si esa persona que me escribe desde tan lejos es la de mis sueños, la mujer que siempre he soñado, esa persona que comparta mis alegrías, mis tristezas, mi forma de soñar. Y creo que si, que eres todo aquello que siempre he deseado, que siempre he querido, que siempre he amado.
Ahora he de despedirme, porque mis palabras jamas se agotan y mis pensamientos no dejan de fluir, solo espero tu carta de nuevo, para que este corazón se alegre como lo hace cada dia, cuando pienso en ti.
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