Quizas sea el momento de decir adios, adios a ese sentimiento que me mantiene vivo, a ese sentimiento que me mantiene en la poca cordura que un hombre enamorado puede tener. Ya son muchos los dias en los que echarte de menos me hace entristeces, muchos los dias en los que me pregunto si este llanyo incansable sirve de algo, si este esperar algo que no llega me llevara a un buen camino. Se hacen eternos los dias de espera, las noches mirando a una luna redonda que me recuerda a tu cara, el brillo de las estrellas que me dicen que en el universo no creo que haya nada que brille como lo hace tu mirada. Los versos han dejado de tener sentido, la locura con la que despierto cada mañana se queda en un simple suspiro de buenas noches al anochecer, y los sueños tan solo son pequeños recuerdos reprimidos que se hacen eco de un amor eterno.
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
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