Que el cielo me condene
a mirar a tus ojos
porque no hay tarde
que no me pierda en ellos.
Que seas mi consuelo
de las noches eternas
como lo son mis versos
cuando te hablo, morena.
Quizas no sea el mejor poeta
ni tampoco el mejor mendigo
pero camino por estos senderos
tras los pasos de una reina.
Las estrellas son mi guia
y yo un humilde siervo
que calma su locura
mirando tu solera.
Sere quizas un loco
y hablare de mi ceguera
porque cuando cierro mis ojos
hablan las estrellas.
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