Una pluma dio su ultimo vuelo, impulsada por el aire que dirigen los últimos rayos de sol. Una nueva noche cae sobre la claridad de un día que se apaga. La oscuridad se apodera de una radiante luz que deja de iluminar mi rostro. Se apaga la luz como se apaga una vela que se esta consumiendo. Todo tiene el principio y un final. Sin embargo, siempre sabes que otro día amanecerá, volviendo a volar, pero sabes que comenzara otro día, pero sabes que no volverá a ser como el anterior.
La aurora se lleva esos últimos rayos de luz, produciendo que la negra noche cubra con su velo ese día en el que despiertas del sueño y caes de nuevo dormido. De nuevo trae ese silencio que cubre todos esos cantos que has oído. Se apagan, como la luz que los estimulo hacia el sonido. Solo queda un recuerdo de ese cantar de sirenas que cierran el cantar de un ruiseñor que los mira desde una rama cercana.
Comparo el día al camino que recorre una lágrima. Comienzo en el alma, amaneciendo por los ojos que alumbran ese rostro de alegría, continúan por un esperado camino que radiante recorre sabiendo que le espera un final que es los labios, terminando en esa oscuridad, pero al mismo tiempo el mejor final que puede tener.
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