Para dedicar a una mujer especial

 El presente me devuelve al pasado, a esos momentos en los que una sonrisa reinaba en lo más hondo de mi alma. Miro a cientos de recuerdos que me hacen mirar al rincón de mi vida para darme cuenta que la vida sin ti no tiene sentido. Amarte es lo que me ha mantenido vivo durante todo este tiempo. Vivo de cada suspiro de un alma que se pasan por este otoño en el que he perdido un segundo que me unde en lo más hondo de un te quiero que se marcha. Siento como me marcho de un sueño que se desvela en ti.

  Si el miedo es mi castigo que mi alma se salve mirando a cada lado buscando cien razones por las que salir adelante. Las palabras se acaban para dar un respiro a un verso que se escribe solo, un segundo que solo se hace esclavo en la eternidad, un millón de razones que hacen posible mirar a un verso que se escribe en mi vida. Solo eres ese rayo de sol que alumbra mi vida, solo eres la fatiga que rompe mi luna mientras que se deja escapar a una sombra que se escribe pendiente de un sola palabra. Mi nombre y tu nombre escrito en estos corazones suspiros que miran hacia otro lugar para seguir diciendo lo mucho que te amo.

 Siento en mi alma un vacío que no puedo llenar más que con la lejanía de nuestras vidas, mi mundo se pierde entre lamentos a un universo en el que se escribe un futuro lejano y donde no se entiende porque seguimos así. Dejo que me aborde ese sueño que me cautiva, que embelesa mientras curo mis heridas de un alma que se esconde en un bosque imaginario. Siento que mi libertad está en tus manos como en tus ojos puedo ver lo que en mi mente se escribe como una sonrisa eterna. Cada estrella de mi cielo tiene un millón de razones que me hacen escribir tu nombre junto al mío. Sigo amando a una mujer que me mira en mi sombra. 

  Se apaga la eternidad de mis pensamientos mientras en casa uno de mis amaneceres se hace eco un amargo beso que hace que cada uno de estos sueños me mantengan vivo. Se pierde una mirada hacia un desierto de mi alma pensando que contigo me siento feliz, enamorado de cada una de esas miradas que por más que haya intentado olvidar. Escribo mis pensamientos en ese pañuelo que guarda las lágrimas que hacen que me sienta feliz, pienso que sin ti no hay más que amargos días y noches de soledad. Quiero que mi vida cobre sentido al lado de unos ojos que no me dejan ver más halla de lo que lo hace la luna, sigo esperando que mis palabras lleguen a buen puerto, a tu corazón para que así nos demos cuenta de lo que existe entre ambos. 

Mil palabras cierran mis ojos en la oscuridad de un amor eterno. Siento como el tiempo transcurre entre sueños y delirios de unas noches en las que echarte de menos se convierte en una vida a tu lado. Miro a esa luna que me ata, esas estrellas que nacen de un te quiero, una mirada que se pierde entre abrazos y roces que hacen posible este amor. Sigo escribiendo en el cielo nuestros nombres pidiendo al cielo que me guíe en cada pensamiento. Vivo entre latidos, entre miradas que rompen una oscuridad entre la que sobrevivo. Solo tus ojos son los que pueden decirme de qué soy culpable, que me condene a una eternidad junto a tu lado. Mi vida sigue en tus manos marcando coada día, cada noche dándome un soplo de aire que es suficiente para hacerme seguir adelante.  

  Si tu no estas aquí me sobra el aire me roba el sueño se caen las palabras de mis versos de mis pensamientos eternos que se escriben en la noche más oscura. Se crea ese espacio que solo nosotros tenemos la obligatoriedad de tener se hace mella en los momentos más eternos en las noches más sagradas en las líneas que se cruzan para derramar la sangre con la que escribo en casa uno de mis sentimientos lo que hay dentro de mi alma. Miro a un universo que no me responde, miro a casa amanecer haciendo que sea cada vez más difícil seguir en la ruta de este amor que nació del ayer y se conserva en el mañana. Ciego por el sendero se una oscuridad que acaba con mis palabras sigo estando presente en la vida de alguien que me amo y que lo seguirá haciendo hasta el fin de mis días. La vida nos sonríe devolvamos ese pedazo que nos regala viendo los amaneceres que nos hacen seguir adelante.

La vida no se detiene, sigue siendo ese sueño del que quieres salir, mirar hacia otro lugar buscando en este mismo momento aquello que tanta se anhela. Las tardes se unen a las madrugadas dejando una sola oscuridad que no se alumbra más que con la mirada de esa persona a la que tantas veces he nombrado. Cobra sentido esas pocas palabras que me animan a salir adelante a que olvide a quien en un solo instante cambio mi forma de ser de pensar e incluso de amar. La vida sigue siendo un instante más en este amor, unas palabras de una carta de amor que se desvelan en una sombra que solo me mira hacia un te quiero.