Llevo un par de días intentando escribir y responder a tu carta, muchas palabras en mi cabeza pero poco valor en mis manos para escribirlas. Creo que el destino ha lanzado los dados por mi y ha salido el siete de la suerte, que he ganado ese premio en esta vida sin saber que lo que se jugaba era mi felicidad. Hace apenas unos días no había mas un pequeño rostro apagado en mi cara, hoy se esboza la sonrisa de un hombre que desea que esa persona que ahora lee sus palabras tenga los mismos pensamientos que el. Se que apenas nos conocemos, pero ahora mismo eres esa vela que alumbra mi noche, la estrella que alcanza mi cielo y desborda a mi alma haciendo que cada una de mis palabras sea un grito expresado lo que no me atrevo a escribirte. Creo que en mis ojos podrias ver en lo que has convertido mi vida, has pasado de un cero a un cien, has hecho que merezca la pena seguir sonriendo cuando mis ganas de llorar eran mas fuertes. Espero que sigas siendo la luz de mis días para siempre, que me acompañes en las tinieblas de mis días, que no solo tus palabras sean mi aliento, sino que ambos hagamos que ese futuro soñado se haga realidad.
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