Olvide lo que es el amor, olvide mi nombre, mi rostro , mis sueños y todo se lleno de un nombre que es repetido una y otra vez a traves de mi torrente sanguineo, comence a creer en que el corazon no es solo ese organo que bombea sangre, en que los sueños solo sean aquellos pensamientos que en una noche de delira tenemos y nos vuelven personas sin cordura, comencé a creer que todo es posible mientras pueda verme en tu mirada
Buenos días mi princesa, buenos días mi vida no son mas que horas las que pasaron desde que tu belleza inundaron de nuevo estos ojos que enloquecen con cada mirada a tu persona. Pensando en que mi vida a tu lado es un sueño, un sueño eterno del que nunca quiero despertar, del que al abrir estos ojos ver ese amanecer que solo tu puedes darme. Pensando en la suerte que he tenido de conocer a la mujer mas maravillosa del mundo, con la que soñar despierto es posible, ver un futuro mejor. Eres ese rayo de esperanza al que unirse, con el que poder compartir un mañana, con la que pasear por esos sueños, que antes solo eran eso sueños. Eres esa mujer que un día se cruzo en mi camino, que encendió esta chisca que unos llaman amor, que otros locura y a la que yo llamo vida. Gracias por hacerme creer que los sueños se pueden cumplir, te amo.
Se que no es fácil pensar en saber que no volverás
ResponderEliminarlloro cada madrugada despierto tu ya no estas
sigo sufriendo en silencio sabiendo que no te tengo
el saber que fuiste mía y que recorrí tu cuerpo
ahora no es fácil, nada puede llenar tu vacío
la soledad me acompaña en este invierno de frío
tantas mujeres en mi vida y ninguna me a hecho sentir
el calor que tu me dabas es lo que me hacia seguir.
Cada fin de semana en una ciudad cantando
mas dinero mas fama pero te fuiste alejando
puede que no me quisieras tanto como tu decías
o puede que te cansaras y no te sintieras mía
dime ¿que nos separo? ¿que acabo con nuestro amor?
Se que la distancia no es buena en ninguna relación
ahora en cada canción sigo y relato mi historia
y ahora sigo mi camino porque no hay pena sin gloria