Para dedicar a una mujer especial

No es el momento de pensar en todo aquello en lo que he fallado, no es el momento de echar a uno de los dos la culpa de cada caída, no es el momento en el que dejemos todo por el camino y echemos en olvido todos aquellos momentos en los que sonreímos juntos. A llegado ese momento en el que debemos de ver lo bueno que hicimos, los sueños que cumplimos, las lagrimas que juntos hemos secado. Se que no siempre hemos sonreído, pero siempre estábamos el uno junto al otro para servir de apoyo, para darle una razón a cada mirada. Se que el equilibrio se ha roto que es mas fácil salir en desbandada que pensar que algo que se ha roto tiene arreglo. Pero siempre la vida nos traerá esos recuerdos de cuando fuimos felices, de aquellos instantes en los que no hizo falta palabras, de aquellos momentos que vivimos y que jamás borramos.

Cuento con mis palabras lo que con mi alma se derrumba en lagrimas cuento con la esperanza de que se escape en cada noche uno de mis versos y llegue mas haya de lo que el viento puede llevar. Se que es demasiada la distancia  que nos separa, demasiado los días que nos quedan por vivir, por ello siento que es el momento de decir lo que hay en mi alma es ahora o nunca. En mi alma encontré cientos de palabras que mis ojos siempre negaron y que mi boca jamás se atrevió a decir, miro como se van los días y me quedo en el mismo lugar donde este amor nació. La vida me ha enseñado que cada amanecer es una oportunidad que se desvanece y que nace con cada anochecer. 

  Que ciego fueron mis ojos cuando la única luz que los abría es la misma que ahora los aleja, que ciego es la sombra de este amor que mira tan lejos que apenas sale de una vela. Miro desvelado a los astros de aquella madrugada en la que me sentí para que cuando en mi vida siga habiendo un misterio se desvele en la misma madrugada. Cierro mil veces mis ojos para darme cuenta de que te quiero, siento que en mis desvelos encontrare la vida que me asienta en cada amanecer. Pienso que cuando miro a las estrellas podre encontrarte en ellas, sin embargo me doy cuenta de que en cada paso que de la vida se ira alejando como lo hicieron tus pasos.

  Me doy cuenta de que cuando mas me acerco a ti mas me alejo de lo que fue mi sueño, me doy cuenta de que en cada amanecer hay un segundo en el que pienso en todo aquello que he perdido. Vivo clavado en momentos que se acaban donde empiezan, vivo en la sombra de aquellas pesadillas que me hacen renacer. He temido que mis momentos me han dejado en la sombra de lo que fui. Siento la desgracia de un amor que me sigue dando los pasos hacia donde no se puede escribir, siento como poco a poco se apaga la llama que me ha mantenido vivo. Cierro los ojos pensando cuando será la ultima vez, cuando me reuniré con ese sueño del que jamás debí despertar.

  En mis palabras encontraras el silencio que mis días no se atreven a revelar, el castigo de mi alma envenenada, en silencios de mis gritos pidiendo auxilio. Se que no puedo pedir lo que nunca me he atrevido a reclamar, se que no se puede enamorar a quien apenas recuerda tu nombre, pero quizás algún día tenga esa misma esperanza de que los mismos caminos se crucen como lo hicieron las dos veces primeras, cientos de recuerdos abordaran nuestras memorias y quizás ese sea el momento que tantas veces quise buscar.

  En cada uno de mis te quiero se escuchan el murmullo de cien palabras que no me dejan decir lo que siento. Mil versos que no me atrevo a recitar en el cual tu mi musa, haces que cada rayo de luz ilumine el camino de mi soledad. siento como un nuevo amanecer sigue estando vivo en mi alma, sigo creyendo que en mi vida lo único importante es lo que cierra mis ojos para abrir mis locuras. Siento que te amo, que por ti andaría mil veces este camino que aunque me caiga me levantaría con una sonrisa en los labios.

En mi alma condenada encontraras los pecados por los que clamo el perdón al cielo, en mis ojos están escritos los versos que nunca me atreví a recitarte pues tu mi ángel de amor, eres lo que en mis sueños siempre he tenido. He perdido la fe en que por muchos días que pasen me de la oportunidad de encontrarte de nuevo, pero en mi camino se cruzan muchas veces los silencios que no me dejan florecer. Siento como se pierden en cada te quiero un minuto de cada llanto, un segundo que me hace libre para que mi vida siga estando atormentada. Vivo en el quiero y no puedo, en el silencio de un amor cautivo que me envenena y me desplaza a donde mi silencios no se quieren hacer cargo de mis palabras.