Para dedicar a una mujer especial

No siempre se acierta en esto de enamorarse, es mas siempre me he equivocado a la hora de escoger, la vida siempre es como una gran partida de poquer, se reparte cada mano y no todos pueden ganar, unas veces tienes buena pareja, otras una escalera que te lleva a ganar, pero nunca se puede ganar sin al menos una buena pareja. Siempre he buscado eso, tener alguien que me acompañe, sin condiciones, sin penalizaciones, que les diera igual que estuviera arriba como abajo, tu me has elegido cuando estoy arriba y quieres una parte de ese pedestal, con condiciones, con miedos, con sueños que haces pedazos poniendo el valor del dinero sobre la mesa. Las mentiras siempre se descubren, la vida nos enseña que el color del dinero no siempre es verde o dorado, sino que hay veces que unos sentimientos valen mas que el propio valor.  

Son muchas las dificultades que se nos plantean en seguir la senda que nos lleve a unir nuestras vidas, muchos los te quiero que se pueden escapar a lo largo de este camino. He dejado que sea la locura la que prenda la llama de un amor que no me escucha, de un amor que se esconde en cada te quiero y hace que la vida ya no tenga sentido. Miro como se marcan mis pisadas en lo que ahora es mas un mar de lagrimas que el mar que nos separa, miro como las estrellas se pierden en el horizonte de cada verso que se borra ante los mil pensamientos que juegan en mi barca, miro como he dejado escapar a una locura que abundaba en mi y ahora solo es un capricho que se esconde en cien te quiero. La vida nunca ha sido justa, siempre me ha hecho caer cuando intentaba despertar, siempre he sido quien miraba a cada lado del planeta y hacia que mereciera la pena mirar atrás. Ahora lo tengo claro, en cada te quiero hay una esperanza que nace en mi, en cada mirada al futuro hay una ilusión, la de tenerte

Solo habría una respuesta que me gustaría que fuera afirmativa en esta vida y es que me hubieses dicho que pasarías el resto de nuestra vida junto a mi, sin condiciones, sin malos sueños, sin esperanzas vacias y sin querer nada a cambio. Quizas has puesto un valor a poder ser feliz, me has engañado en cada palabra, me has descrito un futuro que no te atreves a cumplir, me enseñas un sueño que vale oro y me apagas la llama de la esperanza poniendo en un préstamo las doce monedas de plata que valen un alma. Nunca he perdido la esperanza de encontrar el amor, nunca he dejado que sea una locura lo que se encuentra en mi interior, nunca he dejado que mires a un lado sin darme algo mas que pensar. Ahora me escondo porque me da miedo decir que hay en mi alma, un te quiero no se puede comprar y el tuyo lo vendes mas caro que el precio que se puede pagar.