Para dedicar a una mujer especial

Son muchos los días  que han pasado, muchas las noches en vela esperando una respuesta, muchas las palabras que tengo que decirte y no he podido. Tu último adiós fue el golpe mas certero, me derroto, caí en el frío barro en el que aun me encuentro. Con las heridas abiertas aun me he levantado y he pedido al cielo que me de una explicación de porque ayer te pone en mi camino y hoy te lleva lejos. Es mucha la distancia, incluso mas que el tiempo, pero aun así la suma de ambos no consiguen el olvido. Han sido pocos buenos momentos y bastante los malos, pero tan solo unos minutos contigo me bastaron para olvidar lo pasado. Te he querido eso bien lo sabes porque no ha habido momento en el que no me acuerde de ti, sueño en el que no estubieses presente y poema del que no fueras musa. Ahora me despido de quien me enseño a amar y quien un día me lo dio todo con tan solo sonreír.

Apenas he podido conciliar el sueño, apenas puedo dejar de pensar en ti, los minutos se me hacen eternos desde que no estas aquí. Las lagrimas empañan esta mirada que ya no ve su reflejo, mojan cada folio que llevó tu nombre, tengo ganas de gritar, pero el silencio es mas poderoso. Camino perdido por las sombras, sin mas guía que mi mala orientación, perdido y con el rostro cubierto de tristeza sorteo cada bache que encuentro en este camino. Cada recuerdo es una imagen en mi cabeza, cada momento vivido es una daga que se clava en lo mas hondo de mi alma. No solo te echare de menos, también te has llevado una parte de mi, me has dejado vació, triste y con unas ganas inmensas de llorar. Hundido, asi me hallo, perdido en el camino de la vida, perdido en el camino del amor. Ya no hay poeta, ni escritor, tan solo un triste retrato que me recuerda que siempre pude ser mejor.