Para dedicar a una mujer especial

Semanas pasan, son mas frecuentes esos encuentros fortuitos que tan solo sueño, esos en que las pocas palabras que llevo preparada de casa jamas salen de estos labios. Se ha arraigado algo que no se si es enamoramiento, ganas de estar contigo o simplemente que este tan colado por ti que hasta se me nuble el pensamiento. Solo es llegar a casa cerrar los ojos e imaginarte frente a mi, pudiéndote decir lo que cada mañana hace mucho debí decirte, lo que pienso y siento desde que aquella tarde tocaras mi corazón. Pero como rompo el silencio, como paso de decirte un simple hola que tal, como esta el tiempo a decirte que formas parte de mi vida, que eres ese ultimo pensamiento antes de dormir y el primero que me hace despertar. Como mirar esos ojos fijamente y decirte que son el espejo de mi alma, la razón por la que despertar cada mañana, por la que cada lagrima que sale de ahí son dagas en mi alma. Así  sumo días en el silencio, pasan de lunes a viernes con esperanza de verte, e i

Una tarde mas he estado a tu lado, una tarde mas he encontrado el motivo suficiente para soñar esta noche, una tarde mas tengo por seguro que no hay en este mundo una mujer como tu. Los silencios son rotos, no tan solo por palabras sino por este estúpido corazón que no deja de golpear en mi pecho tan solo pata que te diga te quiero. No hace mas de un segundo que te has dado la vuelta, te has despedido con un hasta mañana y ya hay un reloj en mi interior contando cada segundo que falta para estar contigo. Debo estar enamorado, si debe ser eso, porque no dejo de pensar en ti, sueño contigo cada segundo de mi vida, no hay recuerdo en mi mente en el que tu no estés presente y mi abecedario se ha reducido a tres simples letras. Podría escribir mil y una entradas, mil y una cartas de amor, intentando expresar lo que siento, pero tan solo necesitas saber una cosa, que cuando tu estas lejos la tristeza se apodera de mi y que desde que apareciste en mi vida, mis despertares son con un

Un castillo se observa a lo lejos, un camino largo a mi espalda, mis manos lloran sangre pero mis ojos inundan felicidad. Desde la lejanía puedo ver tu rostro y mi imaginación comienza a recordar los sueños que anoche me desvelaba. La oscuridad de la noche cae sobre mi y me guió por los dos únicos luceros que encuentro en mi cielo. La luna ha menguado para poder imitar tu profunda sonrisa que ilumina mi camino. Los kilómetros se hacen metros, los metros milímetros y las horas que son segundos para abrazarte. Las palabras que escribí  ya no las encuentro porque un silencio se apodera de mis labios, pero si no puedes encontrar mis palabras mira en mis ojos y veras el amor de mi corazón.