Desde tu nacimiento supe que eras mi verdugo, quien me haría cortar mi cabeza y dejarla caer en este frió barro. Tu embrujo son tus ojos, que anulan a este pobre corazón, aun cuando llegue mi muerte mis labios dirán tu nombre. Matarme, así podre tenerte en mis sueños, podre dormir una eternidad sabiendo que quise, sin ser querido, ame como nunca antes lo había hecho, pero siempre a la mujer en la que encomiendo mi vida. Que el cielo me lleve, ya conocí a un ángel y el infierno se hiele, porque este corazón que hoy se muere es porque tu no lo quieres. Caeré rendido ante este sentimientos, perdí las batallas, pero nunca la guerra, porque siempre que te tuve frente supe decirte te quiero.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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