Atardece en este valle, en este pozo de recuerdos de un amor eterno, en este baúl en el que se escribe con mil palabras el nombre de ese amor al que siempre he callado. Cientos de recuerdos, una sola mujer que me dice susurrando al oído, te quiero mas que ayer, te quiero desde esta mañana que amanecí con tus ojos hasta que vuelva a cerrarlos y sueñe contigo. Princesa, aquí no hay un príncipe, ni tampoco un poeta, solo un loco que no supo decir te quiero en tiempo correcto, que no supo decir las palabras me gustas a su dulce doncella y ahora vaga por estos mundos pensando en ella.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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